Las semillas de sésamo, también conocidas como ajonjolí, son unas pequeñas semillas que se obtienen de una planta originaria de la India y África.
Existen dos tipos de sésamo, el blanco y el negro, y se pueden consumir de diferentes maneras, ya sea la semilla cruda, tostada, aceite o en forma de pasta (tahini).
Beneficios de las semillas de sésamo
Las semillas de sésamo tienen un alto valor nutricional. Estas nos aportan proteínas de alta calidad, ácidos grasos insaturados, hidratos de carbono, fibra, minerales (como calcio, magnesio, hierro y zinc) y vitaminas (como la B1, la B9 y la E).
Algunos de los beneficios que nos brindan son:
- Previenen enfermedades cardíacas: El ácido oleico que contienen ayuda a reducir el colesterol malo y a aumentar el bueno, lo que previene la formación de placas en las arterias y mejora la circulación. También tienen antioxidantes que protegen el corazón
- Reducen el riesgo de osteoporosis: El calcio y el zinc que nos proporcionan fortalecen los huesos y previenen la pérdida de densidad ósea que se produce con la edad
- Controlan la ansiedad: La niacina o vitamina B3 que tienen mejora la actividad del sistema nervioso, calma el apetito y ayuda a relajar la mente ante situaciones de estrés
- Mejoran el proceso digestivo: La fibra que contienen favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. También ayudan a mejorar la absorción de nutrientes y a proteger las mucosas
- Ayudan a tener un mejor rendimiento: Las proteínas que nos aportan contiene 8 aminoácidos esenciales que favorecen el rendimiento físico y mental. También nos dan energía gracias a los hidratos de carbono
- Previenen la anemia: El hierro que tienen participa en la producción de hemoglobina, que es la encargada de transportar el oxígeno a las células. Esto evita la fatiga y la anemia
- Son un potente afrodisíaco: El zinc que contienen estimula la producción de testosterona y mejora la fertilidad masculina. También tienen fitoestrógenos que regulan las hormonas femeninas y alivian los síntomas de la menopausia
Cómo consumir las semillas de sésamo
Las semillas de sésamo se pueden consumir crudas o tostadas, enteras o molidas. Se recomienda molerlas o triturarlas para aprovechar mejor sus nutrientes, ya que si se consumen enteras pueden pasar sin digerir por el intestino.
También se pueden consumir en forma de pasta o tahini, que se elabora mezclando las semillas con agua, sal y aceite. El tahini se puede usar como base para hacer hummus, una crema de garbanzos típica de Oriente Medio.
Otra forma de consumir las semillas es en forma de aceite, que se extrae por presión en frío. El aceite de sésamo tiene un sabor intenso y se puede usar para aliñar ensaladas, sopas o verduras.