En el monasterio de Pedralbes de Barcelona, la alcachofa comienza a florecer en su huerto, ofreciendo un espectáculo visual que va más allá de su aspecto culinario. Las flores de alcachofa, en realidad inflorescencias, se dejan en la planta para atraer a los polinizadores y contribuir así al medio ambiente.
Las alcachofas, a menudo confundidas como verduras, son en realidad inflorescencias que contienen grupos de flores comestibles. La parte consumible de la planta son los botones florales antes de que florezcan, rodeados de brácteas coriáceas. Originaria del Mediterráneo occidental, la alcachofa es una planta herbácea cultivada desde la antigüedad en climas templados.
La historia de la alcachofa se remonta a la mitología griega, donde se relata que Zeus transformó a la doncella Cynara, de quien estaba enamorado, en alcachofa. De esta forma, la alcachofa refleja en su sabor dulce y amargo el recuerdo del amor, siendo el corazón de la hortaliza lo más preciado.
Introducida en diferentes países a lo largo de la historia, las alcachoferas llegaron a Inglaterra en el siglo XVI y a Estados Unidos en el siglo XVIII. La diversidad de variedades de alcachofa que podemos disfrutar actualmente es el resultado de cruces entre diferentes especies de cardos.
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