El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina en los melanocitos, las células que producen el pigmento que da color a la piel. Este puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en las zonas expuestas al sol.
El melanoma es el cáncer de piel más grave y puede ser mortal si no se detecta y trata a tiempo.
La oncología es la especialidad médica que se encarga del diagnóstico y el tratamiento de los tumores malignos, incluyendo el melanoma.
Los oncólogos pueden utilizar diferentes métodos para tratar el melanoma, como la cirugía, la quimioterapia, la inmunoterapia, la terapia dirigida o la radioterapia.
El tratamiento depende del estado del melanoma, la localización, el tipo y las características genéticas del tumor.

¿Cómo evitar el cáncer de piel?
El cuidado de la piel es fundamental para prevenir el melanoma y otros tipos de cáncer de piel. Algunas medidas de prevención son:
- Limitar la exposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol o de las camas bronceadoras, especialmente cuando los rayos son más intensos entre las 10 a.m. y las 4 p.m.
- Usar ropa protectora, sombrero, gafas de sol y protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 cada vez que se salga al aire libre.
- Examinar la piel regularmente y acudir al médico si se observa algún lunar o crecimiento nuevo o anormal en la piel.
- Evitar debilitar el sistema inmunológico con hábitos poco saludables como fumar, beber alcohol en exceso o consumir drogas.
Síntomas del melanoma
Los síntomas del melanoma pueden variar según el tipo, la localización y el estadio del tumor. Algunos síntomas comunes son:
- Un cambio en el tamaño, la forma, el color o la textura de un lunar existente o la aparición de un nuevo lunar o bulto en la piel.
- Una asimetría, un borde irregular, un color no uniforme o un diámetro mayor de 6 milímetros en un lunar (regla ABCDE).
- Una llaga o úlcera que no cicatriza o que sangra o supura.
- Una propagación del pigmento del borde de una mancha a la piel circundante.
- Un enrojecimiento o una inflamación más allá del borde de una mancha.
- Un cambio en la sensibilidad de una mancha, como picazón, dolor o sensibilidad.
- Una elevación o protuberancia en la superficie de una mancha.

Factores que aumentan el riesgo del melanoma
Algunos factores que aumentan el riesgo de melanoma son:
- La exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol o de las camas o lámparas bronceadoras, especialmente si se producen quemaduras solares frecuentes o intensas.
- El tener la piel, el cabello o los ojos claros, que se queman con facilidad y se broncean poco.
- El tener muchos lunares normales o atípicos en la piel, que pueden ser de forma irregular, de color no uniforme o de diámetro mayor de 6 milímetros.
- El tener antecedentes personales o familiares de melanoma u otros tipos de cáncer de piel.
- El tener un sistema inmunitario debilitado por alguna enfermedad o medicamento.