El Ministerio del Interior británico ha puesto en marcha un plan migratorio para enviar a migrantes indocumentados a Ruanda en un intento de disuadir la inmigración ilegal al Reino Unido. En una serie de operaciones en todo el país, el Ministerio ha detenido a un número no especificado de migrantes para ser enviados próximamente a Ruanda, un país considerado «seguro» para recibir a potenciales refugiados según una reciente aprobación del Parlamento.
Se han reservado aviones comerciales y un aeropuerto para llevar a cabo estos vuelos chárter en las próximas semanas. El anuncio de estas detenciones ha levantado críticas por parte del Partido Laborista, que lo considera un programa costoso y de escasa magnitud. Sin embargo, el ministro del Interior, James Cleverly, defiende el pacto con Ruanda como una respuesta efectiva al desafío de la inmigración ilegal a nivel global.
Previo a este nuevo plan, el Reino Unido ya contaba con un mecanismo para deportar a solicitantes de asilo cuyas solicitudes habían sido denegadas, ofreciéndoles ayuda financiera en caso de aceptar la repatriación voluntaria. Con la aprobación de la ley que permite el envío de migrantes irregulares a Ruanda, el Gobierno británico ha destinado una partida inicial y se ha comprometido a pagar una compensación adicional a Kigali por alojar a estos migrantes durante cinco años.
Ruanda espera recibir más de 5.000 migrantes en 2024, a los que se les otorgará asilo o residencia permanente en el país africano. Según el acuerdo, los migrantes no podrán solicitar el retorno al Reino Unido ni podrán ser enviados fuera de Ruanda. Este controvertido plan migratorio ha generado debate y controversia en el Reino Unido, pero el Gobierno británico está decidido a llevarlo a cabo para combatir la inmigración ilegal de manera efectiva.