La manifestación del Primero de Mayo en Madrid se centró en la reivindicación de implantar la jornada laboral de 37,5 horas semanales, liderada por UGT y CC.OO. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, anunció que el Gobierno tomará medidas al respecto. Esta reducción de la jornada laboral podría beneficiar a muchos trabajadores, especialmente del sector privado, que luchan por conciliar su vida profesional y personal.
Por otro lado, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, criticó la falta de tiempo para realizar estas conciliaciones, exponiendo la necesidad de implementar esta medida. A pesar de los beneficios para los empleados, la CEOE se opone firmemente a la propuesta. Su presidente, Antonio Garamendi, expresó su rechazo al considerarla un acto de populismo que perjudicaría a la economía.
A pesar de esta postura, la CEOE mostró disposición en el pasado a negociar de forma individual con cada sector. La incertidumbre y el debate continúan entre los sindicatos, el Gobierno y la patronal en busca de un acuerdo que beneficie a todos los implicados en el ámbito laboral.