El turismo es una de las principales fuentes de ingresos y de intercambio cultural para Japón, un país que ha sabido atraer a millones de visitantes cada año con su rica historia, su belleza natural y su modernidad. Sin embargo, el exceso de turismo extranjero también puede tener efectos negativos sobre el medio ambiente, la infraestructura y la vida cotidiana de los residentes locales.

Según la Agencia de Turismo de Japón, el número de turistas extranjeros que llegaron al país en 2022 fue de 19,5 millones. Una cifra que se acerca al récord histórico de 31,9 millones alcanzado en 2019, antes de la pandemia de COVID-191. La mayoría de los visitantes procedían de China, Corea del Sur, Taiwán y Estados Unidos.
Sin embargo, la recuperación del turismo también ha traído consigo algunos problemas. Ejemplo de esto, la congestión del transporte público, el aumento de los precios, la escasez de alojamiento y la pérdida de autenticidad de algunos lugares emblemáticos. Algunos residentes se han quejado de que el turismo masivo les impide disfrutar de su propia ciudad y de su cultura.
Medidas propuestas
Ante esta situación, el gobierno japonés ha anunciado que está estudiando posibles medidas para regular el turismo extranjero, Esto para garantizar un equilibrio entre los beneficios económicos y sociales del mismo y la calidad de vida de sus habitantes. Algunas de las medidas que se barajan son las siguientes:

- Establecer un límite al número de turistas que pueden entrar al país cada mes o cada año, según la capacidad de cada región o destino.
- Imponer una tasa turística a los visitantes extranjeros, que se destinaría a mejorar la infraestructura, la conservación del patrimonio y la promoción del turismo sostenible.
- Fomentar la distribución espacial y temporal del turismo, incentivando a los viajeros a visitar otras zonas menos conocidas o a viajar en temporada baja.
- Promover el respeto a las normas y costumbres locales, mediante campañas de información y sensibilización dirigidas a los turistas extranjeros.
- Implicar a los residentes locales en la planificación y gestión del turismo, creando espacios de participación y diálogo entre los diferentes actores involucrados.
Objetivos de esta medida ante el turismo extranjero
El objetivo principal de estas medidas es lograr un turismo extranjero masivo, responsable y equitativo, que contribuya al desarrollo económico y social de Japón, pero que también preserve su identidad cultural y su medio ambiente. Asimismo, se busca mejorar la satisfacción y el bienestar tanto de los visitantes como de los residentes locales.
El gobierno japonés espera poder implementar estas medidas antes del otoño de 2023, una época en la que se espera un aumento significativo del turismo debido al cambio de color de las hojas (kōyō), uno de los atractivos más populares del país. Para ello, se realizarán consultas con las autoridades locales, los operadores turísticos, las organizaciones sociales y los expertos en el sector.

El ministro de Turismo, Nakayama Hiroshi, ha declarado que:
“Japón quiere seguir siendo un destino acogedor y atractivo para los viajeros de todo el mundo. Pero necesita proteger su patrimonio natural y cultural y garantizar la convivencia armónica entre el turismo y la comunidad local”.