
El gobierno francés aprobó el martes un proyecto de ley de presupuesto clave presentado como la mayor ola de gastos militares del país en más de 50 años, lo que subraya el impacto de la guerra en Ucrania.
El proyecto de ley prevé 413.000 millones de euros en gastos militares para el período 2024-2030, más de un tercio en relación con el período anterior.
La disuasión nuclear será uno de los capítulos clave de este aumento presupuestario, con la construcción de un portaaviones de propulsión nuclear de nueva generación. El gobierno del presidente Emmanuel Macron también quiere invertir en defensa cibernética, espacial y submarina.
“En cualquier caso, es la agresión rusa en Ucrania la que provoca la necesidad de seguridad en la mayoría de los socios de la Europa continental”, dijo el ministro de Defensa de Francia, Sebastien Lecornu.
Lecornu también señaló la necesidad de tecnología antidrones, así como de equipos y municiones.
El proyecto de ley de presupuesto se debatirá en el parlamento en mayo-junio con el objetivo de entrar en vigor a mediados de julio, dijo Lecornu.
La alianza centrista de Macron no tiene mayoría en ninguna de las cámaras del parlamento, pero los oficiales militares han lamentado durante mucho tiempo la reducción del gasto en las fuerzas armadas, mientras que los partidos conservadores y de extrema derecha tienden a apoyar la inversión en defensa.
Tendencia global
Polonia anunció a principios de año que dedicará el 4% de su PIB a la defensa. Este gasto sin precedentes incluirá compras masivas de aviones de combate y tanques de Estados Unidos y Corea del Sur, y drones de Turquía.
Pero, sin duda, la gran revolución militar es la de Alemania, que al calor de la invasión rusa a Ucrania, anunció un aumento de 100.000 millones de dólares en su presupuesto militar de 2022 para modernizar sus Fuerzas Armadas.
Los países bálticos, Italia, el Reino Unido y Suecia, que esperan unirse a la OTAN después de décadas de neutralidad, también han anunciado aumentos dramáticos en sus gastos de defensa.
La tendencia no es solo europea, sino mundial, con países como Australia, Corea del Sur y Japón rearmándose a un ritmo acelerado en un clima de tensión militar y nerviosismo que recuerda a la Guerra Fría.