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La creciente dependencia de los compuestos de litio en sectores críticos debería ser motivo suficiente para que las autoridades europeas apoyen una investigación exhaustiva de sus propiedades.
También exigen un acuerdo rápido sobre cómo comunicarlos a los trabajadores y usuarios finales.
Pero, en cambio, una propuesta respaldada científicamente para clasificar tres sales de litio por su toxicidad para la reproducción bajo el sistema armonizado de identificación de peligros de Europa está en un callejón sin salida.
El negocio, incluido el daño potencial a la salud de los trabajadores que manipulan sales de litio, continúa como de costumbre.
Los compuestos de litio son materiales muy buscados para dispositivos eléctricos, sistemas de servicios públicos y baterías.
La UE pronostica que la necesidad de litio aumentará 18 veces para 2030 y 60 veces para 2050 en comparación con el suministro actual, y el bloque agregó recientemente los compuestos a sus materias primas críticas.
Necesitamos asegurarnos de que los trabajadores y usuarios expuestos a estos compuestos estén informados de sus riesgos potenciales para la salud.
A pesar de que no hubo un impacto directo en el mercado de la clasificación de peligros, la industria optó por cabildear y descarrilar una propuesta respaldada científicamente sobre la clasificación de ciertos compuestos de litio por su toxicidad para la reproducción.
Ya en 2019, la agencia reguladora de salud y seguridad francesa, ANSES, propuso la clasificación de tres sales de litio (carbonato de litio, cloruro de litio e hidróxido de litio) bajo CLP, debido a su toxicidad para la reproducción, con preocupaciones sobre la fertilidad y el desarrollo fetal.
La clasificación bajo CLP (la regulación para la clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas químicas) es legalmente vinculante en todos los estados miembros y se aplica a todos los sectores industriales y actores.
Esta clasificación por sí sola no tendría consecuencias directas para el acceso al mercado y la regulación de las materias primas.
El Comité de Evaluación de Riesgos (RAC) de la Agencia Química Europea apoyó plenamente la propuesta de ANSES y emitió una recomendación para la clasificación de las tres sales como tóxicos conocidos para la reproducción.
Todo ello con la adopción consensuada, una minuciosa justificación de la propuesta y la ponderación de las evidencias que la sustenten, respectivamente, de estudios regulatorios y científicos independientes.
Amenazas y extraños intentos de 'introducir nuevas pruebas'
Pero a pesar de la sólida base de evidencia científica para la propuesta de ANSES y el respaldo de ECHA, y el apoyo renovado de varios estados miembros de la UE, como Alemania, Suecia, los Países Bajos, Dinamarca, Finlandia y Bélgica, todavía no hay señales de una luz verde de la Comisión Europea.
Durante el último año, hemos sido testigos de la oposición vocal de sectores industriales con fuertes intereses comerciales en el uso de esos compuestos.
Esto incluye amenazas de que plantas de litio enteras tengan que cerrar y el extraño intento de "introducir nueva evidencia" en una reunión de expertos en julio de 2022, que no se acerca a cuestionar la calidad de la opinión del RAC y su base de evidencia.
Y durante todo el verano, se enviaron comentarios escritos de terceros países (Argentina, Estados Unidos y Australia) a la Comisión Europea para argumentar en contra de la clasificación.
Estos argumentos se basan en una comunicación engañosa sobre qué es realmente una clasificación de peligro según CLP y cuáles son sus consecuencias directas.
Clasificar los compuestos como tóxicos conocidos no perjudicaría al mercado.
Para ser claros, la identificación de los tres compuestos de litio como tóxicos reproductivos conocidos bajo CLP resultaría en el etiquetado y una mayor información sobre sus propiedades en las cadenas de suministro.
También existe el valor añadido de proporcionar a los trabajadores que manipulan esas sustancias información esencial sobre las precauciones (por ejemplo, el uso de equipos de protección).
La clasificación por sí sola no tendrá consecuencias directas para el acceso al mercado y la regulación de estas materias primas. Dichos debates caen dentro de las competencias regulatorias sectoriales.
Esta ola de oposición contra una propuesta de clasificación científica genera preocupaciones sobre si el debate científico sobre la identificación de peligros está siendo secuestrado por intereses económicos y políticos.
Esta discusión llega en un momento crítico en la política química de la UE, en un momento en que el reglamento CLP está bajo revisión, ilustrando irónicamente por qué es necesaria una actualización para proteger los procesos de evaluación científica de las interferencias de los argumentos económicos.
HEAL está preocupado por los intentos de descarrilar la propuesta basada en la ciencia para identificar las sales de litio como tóxicos reproductivos bajo CLP y pide a la Comisión Europea que apoye la clasificación, de acuerdo con el asesoramiento de los organismos científicos pertinentes.
Omitir la clasificación de peligros ahora equivaldría a ocultar información crítica a los trabajadores y al público, con consecuencias potencialmente graves para su salud reproductiva.
Natacha Cingotti es líder del programa de salud y productos químicos en Health and Environment Alliance (HEAL), una organización europea sin fines de lucro que aborda cómo los entornos naturales y construidos afectan la salud en la UE y más allá.
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