Acepta que «todas las miradas están puestas en el trabajo» y es consciente de que «hay que hacerlo todo a la perfección». “Nuestro compromiso es con el cliente, pero también con el conjunto de la sociedad. Hotel Formentor va a ser fiel a su historia pero al mismo tiempo va a tener dotaciones que antes no tenía. Hablamos de un establecimiento de primer nivel a nivel mundial. Exige una serie de facilidades que antes no tenía”.
“Es un proyecto importante. Todos sabemos que para Baleares, para España y para el mundo hotelero, Formentor es un establecimiento de referencia y siempre lo ha sido. Para nosotros es un orgullo. Mi padre se alojó allí en los años 50 y los años 60. Sé que es importancia histórica, su relación con la cultura, por ejemplo a través de los premios Formentor. Entiendo la preocupación de la sociedad balear, y cuando la obra esté terminada, la gente verá que era completamente necesaria. entiendo que hay temas muy delicados y que es difícil quitarse las dudas cuando no hay nada ahí ahora mismo. A veces, para que las cosas duren, tienen que desaparecer temporalmente».
El integral inicial proyecto de reurbanización y ampliación contemplaba la demolición y redistribución de todos los interiores pero no de las fachadas del hotel. Sin embargo, esto ha sucedido. Explica que era imposible mantener las paredes originales. Se habían deteriorado tanto y la edificación era tan precaria que era imposible cumplir con el pliego de condiciones técnicas. «Pero todo será reconstruido., adaptándolo exactamente a los parámetros actuales. Desde el principio sabíamos que era una tarea compleja, no por el derribo, sino por el lugar donde se encuentra, con las dificultades logísticas que ello conlleva, y por su historia”.
Destaca que “somos todos profesionales con una gran experiencia”. «Y no es posible creer que Cuatro estaciones, una de las cadenas hoteleras más importantes del mundo, haría algo que comprometiera el patrimonio y el paisaje. Buscamos la excelencia absoluta en todos los aspectos».